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28 De nuevo Moisés lo tomó de manos de Aarón y de sus hijos y lo quemó en el altar sobre el holocausto. Fue este un sacrificio de consagración, sacrificio de grato olor ofrecido al Señor. 29 Moisés tomó entonces el pecho haciendo con él el rito de la elevación en presencia del Señor. Esta fue la parte del carnero de la ofrenda de consagración, que correspondió a Moisés tal como el Señor se lo había ordenado al mismo Moisés.

30 Tomó, finalmente, Moisés el aceite de la unción y la sangre del altar, rociando con ellas a Aarón y a sus ropas, a los hijos de Aarón y a sus ropas; y así quedaron consagrados Aarón, sus hijos y sus ropas.

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